lunes, 29 de febrero de 2016

Arte.

"La vida es un regalo.
¿Regalo más preciado? .
¿? Mi felicidad.
 Felicidad es estar con la persona que más quieres en el mundo.
 Mundo es el que pisamos, pero no el que vivimos
 Vivimos alegres
 Alegres son las mañanas tras un sueño reparador.
¿Reparador? Tu amor.
 Amor, todo y nada para uno.
 Uno nunca sabe de lo que es capaz
 Capaz de saber y no creer
 Creer en algo empieza por creer en uno mismo
 Uno mismo es uno mismo, perfecto
 Perfecto no lo es todo
 Todo tiene un porqué,
 Porque te fuiste cuando más lo necesitaba,
 Necesitaba sus besos y me quedé sin ellos.
¿Ellos?Los que me sacan una puta sonrisa cuando más lo necesito.
 Necesito una persona más a la que hablar.
 Hablar es lo mejor
 Mejor palabras infinitas y noches de sonrisas
Sonrisas que significan mucho."


¿Qué tal lo veis, sastres? Esto es un poema de estilo vanguardista escrito en el siglo XXI. Los autores son escritores que han publicado libros, no, perdón, son profesores de lengua castellana con la intención de explicar el "cadáver exquisito"... No, ellos tampoco han sido... (a la tercera va la vencida)... Esta pequeña obra de arte ha sido escrita por gente como nosotros. No hay un rango de edad, un sexo, una ciudad o unas aficiones comunes a todos los autores.
Algunas de los versos más románticos los han escrito personas que decían "jamás mostrar sus sentimientos a nadie", otras las he tenido que acortar porque las personas que "no sabían escribir bien" me han enviado párrafos preciosos a partir de una sola palabra. Los versos más "sencillos" los han escrito personas que, aun sin tener mucho tiempo, me ayudó a hacer esto sin siquiera saber qué iba a hacer yo. Gracias a todos los artistas que me habéis ayudado.
Es bueno mostrar los sentimientos, D., además de vez en cuando, los expresas muy bien. Carlota, aunque lo niegues, tú me diste la idea de crear un "cadáver exquisito" entre desconocidos. Para esto quería esas primeras frases, Lariis y Sheii. Para demostrar que absolutamente todos somos capaces de crear. Todos tenemos un artista dentro. Solo tenemos que atrevernos a sacarlo. Y juntos, el arte es mejor. A mí eso me lo enseñó mi Sorella P. Un saludo, artistas.
Lisístrata.


"En los mejores días del arte no existían los críticos del arte" Oscar Wilde.

domingo, 14 de febrero de 2016

Algo va mal.

Algo no va bien. La sociedad se equivoca (yo con ella, claro). Desde pequeños se nos inculca que tenemos que ser grandes y fuertes o guapas y altas como papá y mamá. Bien, primera equivocación: las mujeres también podemos ser fuertes como papá y no todo es la estatura corporal. Segunda equivocación: ¿por qué tenemos que ser como nuestros progenitores? Este error aparece muchas veces "mi hijo va a ser médico como su papá", no, su hijo será lo que él decida; "¿a quién se parece más: a mamá o a papá?", se parece a él mismo, de hecho, es él, no es la copia aproximada de ninguno de los dos; "esta niña va a ser listísima...viendo a su madre" la niña será o no lista, pero no depende de cómo sea su madre, en todo caso, de cómo la eduque. Crecemos y ya no nos vale ser como mamá y papá. Ahora tenemos que ser más algo que el niño que tenemos a nuestro lado.Ganamos si somos más. Más guapos, más listos, más amables, más callados, más rápidos en el pilla pilla, más ágiles saltando a la comba o jugando al balón prisionero. Si somos los que más notas altas sacamos... Pero, eso tiene dos cosas malas... La primera: crea rivalidades desde la más tierna infancia, no lazos que duren toda la vida. La segunda... es que eso continúa, eso no se deja atrás como el jugar al escondite inglés. Hay adultos que no quieren alcanzar metas personales, quieren ser más que los demás. Más que los que le rodean y punto. Hay adultos que creen que ya han superado al resto y que ellos son mejores... ¿Culpa de esos adultos? No. La culpa es de los padres y educadores de ese adulto al que de pequeño se le inculcó la competitividad y superioridad. Hay que saber perder, pedir perdón y aceptar que alguien puede ser mejor que tú en algo... De hecho... ser el mejor en todo o saber absolutamente todo sería horrible. Imaginad que alguien ha luchado por ser el mejor cirujano de todo el mundo, él creería que no hay mejor cirujano que él. Bien, pongamos que empieza a sufrir cataratas, ¿en qué cirujano confiaría para su operación? Si él es el mejor, sufriría dejando su vista a alguien menos cualificado que él...pero le necesita, necesitaría a un cirujano o perdería la vista...Si no se pensara que él es el mejor, no dudaría en acudir a un colega a pedirle ayuda. ¿Me explico? 
Carl Sagan, un científico y escritor estadounidense afirmó una vez: "Me pregunto cuántos Einstein potenciales habrán llegado a sentirse irremediablemente descorazonados a causa de exámenes competitivos y del hastío generado por acumular méritos en su currículo a la fuerza". Yo entiendo que con esto quería decir que tal vez genios de determinados campos del conocimiento humano se han perdido y no han crecido (intelectualmente hablando) por no creer en su valor como ser individual y compararse con algún otro entendido del campo. 
La competitividad, como todo, es buena en su justa medida. Es buena mientras gracias a ella, tratemos ser mejores y llevar al máximo nuestras posibilidades. Es mala en el momento en que ya hemos dado todo de nosotros mismos y ella no se va, forzándonos a sobrepasar nuestros límites, consiguiendo que acumulemos "derrota" tras "derrota", hundiéndonos cada día un poco más y creando entre nosotros muros de envidia, asco y desprecio. Quizás si cambiáramos un poco la mentalidad y el lenguaje ante personas influenciables como son los niños, habría menos competitividad de la mala y este, sería un mundo mejor...
Lisístrata.