Gorrionas

El año pasado por estas fechas publiqué dos cartas: carta de un escéptico y carta de un enamorado. Dos cartas escritas ambas sobre lo abstracto e irreal de mis pensamientos.
Este año vengo a escribir sobre algo más real. Vengo a hablaros sobre dos sastres que no me leen casi nunca, pero me apoyan y me ayudan a crecer y a creer.
Conocí a mi mejor amiga hace ya años,no muchos; pero sí más de un trienio. Quedé con ella un día sin tener ni idea de con quién estaba quedando. Sin tener ni idea de lo mucho que encajaríamos y lo mucho que nos amaríamos. Desde el primer momento nos apoyamos como nadie lo hacía en esos momentos, ni en ninguno realmente. No puedo imaginar mi vida sin mi Gorriona.
La historia con mi mejor amigo es un cantar completamente distinto. Mientras que con mi Gorriona fue amor a primera vista, con Panda 3 comprobé que existen ambas clases de amor. Existen personas a las que resulta es sumamente fácil amar y personas que merecen varias oportunidades. Con Panda 3 fue odio a primera vista. Pero, efectivamente, del amor al odio hay un paso en cualquiera de las direcciones.
Su historia juntos es preciosa. Yo la admiro. Son ideales. Son distintos, pero son lo que para mí es el modelo de cualquier relación. Luchan, pero juntos contra todo lo demás. Pelean entre ellos, orgullosos pero dispuestos a no dejar morir ese sentimiento que les une. Discuten un millón de veces al día, pero jamás se van a dormir cabreados. Piensan cada uno en sí mismo, pero recordando que forman parte de una unidad. Cada uno con sus aspiraciones propias, sabiendo y apoyando las del otro. Cada uno con sus inseguridades y miedos y sin embargo apostando al cien por cien en su relación. Orgullosos y celosos, pero amándose.
Hace un tiempo mi Gorriona se quejó de que ellos no salían en mi blog.
He aquí mi oda a la amistad y el amor este año, dedicado a vosotros, la familia que he elegido. Y realmente no he podido elegir mejor.
Os quiero Gorriona y Pandas.
Lisístrata, Gorriona y Panda a la vez.