¿Sabéis cuando sentís enfado, tristeza, rabia, desolación... todo en ese orden? Es un bucle infinito del que nunca puedes salir sola, necesitas a alguien, una tabla salvadora que flota en el mar tras un terrible naufragio. Subes a esa tabla y, sabiéndote a salvo de la muerte gracias a ella, te desahogas: primero te apenas por haber perdido lo que tuvieras en el barco y te hacía feliz, después te enfadas con el responsable del naufragio, luego te entristeces por enfadarte y vuelves al cabreo por entristecerte, tristeza por sentir enfado, enfado por sentir tristeza y así infinitamente hasta que la tabla te lleva a buen puerto, a un lugar seguro 100%, y sientes alivio y fuerzas para seguir adelante. A veces sin embargo se ve venir el naufragio aún con el barco a flote. Algo que dice alguien, algo que observas en alguien..., te indica que ese barco y su travesía tienen fecha de caducidad. ¿Qué haces en ese caso? Yo cogería el timón y haría un cambio de rumbo, directa al puerto o playa del que salí con el fatídico y caduco barco para mantener intacta mi persona.El problema es que, muchas veces, lo que nos perjudica, nos hace felices, nos gusta. Y cuando te alejas de lo que te hace mal, te alejas de lo que te hace feliz. Por eso cuesta dar la vuelta al barco o, si en el barco hay 2 cocapitanes, saltar del barco y nadar a la orilla. Pero a veces es mejor huir, por lo que perdonad si me alejo de las cosas que me perjudican: vicios, lugares, personas..., algunos lo llaman egoísmo, yo lo llamo amor propio.Desde el "Mary Celeste"Carmen
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