domingo, 11 de octubre de 2015

Fin.

Creo que la palabra más complicada de definir es "fin" o, claro, "final". ¿Por qué? Hay otras muchas palabras difíciles de explicar: amor, odio, euforia, tristeza...Pero, casi con seguridad, todos diríamos que el amor y la euforia son buenos y el odio y la tristeza, malos...Pero ¿y "fin"?¿"Fin" designa algo positivo o negativo? Pondré un ejemplo: "una relación llega a su fin" ¿Bueno o malo? No depende de "fin", depende de "una relación". Si en la relación había amor, el fin supone algo malo, pero si en la relación había control sobre la otra persona, el fin supone algo positivo. Incluso dentro del mismo hecho, "fin" tiene pros y contras. FIN DE LAS CLASES. "Bien! Fiesta! No más libros de texto, ni compañeros pesados, ni clases aburridas! Oh! Pero tampoco veré a mis amigas. No habrá recreos que pasar cotilleando, ni mensajitos que escribir 'disimuladamente' en clase con ellas. No podré reírme de lo mal que viste ese profesor, ni sentiré adrenalina al pensar planes para salir del Instituto antes de tiempo" Otros años nos podíamos decir "bueno, no pasa nada, todo eso lo seguiré haciendo en septiembre, cuando vuelva al insti." Y nos despedíamos súper felices de nuestras amigas hasta el año siguiente. Pero, ¿y este año? Este año no hay "año que viene", no va a llegar septiembre y voy a ver la misma puerta, a los mismos profes y las mismas amigas de toda la vida, no voy a poder escuchar la voz de mi mejor amiga gritándome "¡serás mala persona! ¡Qué morena estás!" A lo que yo respondería "¿Acaso te has ido a Argentina de vacaciones? Porque estás blanca como la nieve. Jajaja" y entraríamos riendo en clase para cortar la risa con una mueca de asco al ver que alguien que nos cae mal sigue este año con nosotras. El fin de este año no me gusta. No me desagrada para nada acabar Bachillerato, no me malinterpretéis. No me gusta porque implica incertidumbre, miedo y pérdida de la rutina. Implica que cada una de nosotras se va a carreras distintas, a universidades distintas e incluso a provincias distintas. Y eso duele. Duele no saber qué va a ser de ti en cuatro meses. ¿Dónde voy a estar? ¿Qué voy a hacer? ¿Dónde estará Patri? ¿La veré con frecuencia? ¿Qué estará haciendo? Duele no poder preguntarle nada de eso porque ella estará en la misma situación que yo: un eterno e incesante "no sé". Duele pensar que no podremos vernos todos los días como hasta ahora. Duele pensar que una etapa, feliz gracias a determinadas personas, llega a su fin.
Lisístrata.

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