lunes, 13 de febrero de 2017

Carta escéptica.

¡Feliz martes!
Creíais que os iba a felicitar San Valentín, ¿verdad? pues no. No entiendo esa celebración: no os felicito tampoco el día de San Hermenegildo. sí, me sé la historia de que Valentín era un monje que casaba en secreto a las parejas y todo eso. Pero sigo sin entender porqué le llaman "el día del amor", tendría que ser "el día de las bodas secretas" o algo así.
Además, el amor no existe. No puede existir algo que definen como tan perfecto. He visto parejas que aseguraban amarse decirse unas brutalidades en el momento en que "se apaga la llama", que más que una convivencia de "amor" parece que han vivido como los griegos: de guerra en guerra. Pero no, para eso también han creado una expresión que lo justifique: "Del amor al odio hay un paso." ¿Un paso?¿Si yo estoy "enamorado" de alguien tengo que estar toda la relación alerta para que ni mi pareja ni yo demos ni un solo paso del tamaño del de un milpies, no vaya a ser que pasemos a querer clavarnos cuchillos en los ojos y freírlos? No suena placentero. Suena estresante.
Creo que, si existiera el amor, el ser humano no sería capaz de ver algo tan... idílico.
Sin embargo, hoy sí hay alguien a quien felicitar el día. Su día. El día de una de mis primeras amigas en la universidad. ¡Feliz cumple, Judith! 
Se despide, una escéptica Lisístrata.

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