sábado, 11 de junio de 2016

Re: querida yo del futuro

Querida yo de 2016:
Me ha hecho mucha ilusión leer en 2026 lo que me escribí. No sé cómo, pero estoy segura de que te llegará esta carta a nuestros 19 años.
Bien, aunque esta es la respuesta que me pedías no creas que te voy a resolver todo... Tu futuro no está escrito y mi presente es el que es por todo lo que tú hiciste.
No, no he visto ningún coche volador. De todas formas, nosotras siempre preferimos andar o el transporte público, lleno de gente y cosas que observar... No hemos cambiado mucho físicamente, Carmen, pero aprenderás a asumirlo para saber hacerte respetar. Mi pelo actual es del mismo tono que el tuyo, sin canas y lo llevamos como mejor nos queda y más cómodo nos es ahora, no me preocupa mucho. Mamá no sé dónde está, pero si estuviera mal lo sentiríamos dentro, ¿no? ¿No dicen que hay una conexión especial entre una madre y su hija? Supongo que está bien. Pepe es feliz, nos hablamos de vez en cuando y le veo contento en su nueva familia. Los verdaderos amigos siguen a mi lado y hay nuevos. No perdiste contacto con unos pocos profesor tuyos, cosa que te agradezco cada vez que quedamos a tomar un café con alguno de ellos. Sí, en 2026 te gusta el café. Has conocido a bastantes de tus ídolos, sigo siendo guerrera y Óscar se sigue burlando de Melendi y siendo un friki de Star Wars, hay cosas que no cambian *guiño*. Vivo en donde me siento más cómoda rodeada de gente que nos quiere. Somos felices, Carmen. En 2026 eres feliz. Paulita sigue siendo una de tus mejores amigas y Paula sigue a mi lado porque, palabras textuales, "soy como el SIDA, contigo hasta la muerte". No estás sola y tus noches han mejorado mucho. Ahora descansamos tranquilamente. Soy feliz con mi trabajo y el día de nuestra marcha de la fundación fue agridulce: llevábamos mucho tiempo allí y había cariño con algunas personas pero estabas orgullosa por haber conseguido tu propósito. Papi está siempre con mami, Lariis y conmigo. Y vivo con la persona que más me quiere en esta vida... Estoy realmente bien. Pero no me gusta el final de tu carta... Yo soy lo que soy por lo que tú te esforzaste. Yo sólo soy el resultado de tu trabajo. Aprendiste a amarte como nadie te amará nunca y por ello yo al vivir conmigo misma, vivo con la persona que más me quiere en el mundo. Luchando conseguiste madurar del todo y superar lo que en efecto fue una depresión. La guerrera y luchadora entre tú y yo eres tú, Carmen del 2016, tú has hecho posible que yo llegara a donde he llegado. Así que, como sé que necesitas esto, te envío un beso enorme y un gran abrazo, como los que da Susana (de esos tan fuertes que sientes que te pegan un poco los pedacitos rotos y dispersos). Ah, por cierto, no hemos perdido nuestro lado "infantil" y seguimos disfrutando de ir por la calle con la música a tope, de escribir, de oler la tierra mojada, de observar a la gente en sitios públicos, de la sensación de deslizar un boli por el papel y de sentir la lluvia cayendo sobre nuestra cabeza descubierta. Gracias por permitirme ser lo que soy, Carmen del 2016.
Se despide con todo el amor que has aprendido a tenernos en estos 10 años, tu yo del 2026.

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